Sentir miedo cuando vas a ser mamá, es muy frecuente por la responsabilidad que tiene ese rol, pero que te digan con 4 meses de embarazo que tu hija va a nacer solo con 1 riñón es una angustia indescriptible y para sumarle a todo eso, que cuando tu hija nazca los médicos le den máximo 12 días de vida, por tener un problema en el corazón, es la muerte lenta.
Cuando nació Salomé, su mamá no llegó a la casa con ella, pues la dejaron internada en la UCI, porque el único riñón con el que había nacido estaba dilatado y el médico identificó que su corazón latía cansado y tenía estenosis valvular pulmonar severa, ya eran dos órganos vitales que estaban afectados y con este diagnóstico llegaron las palabras que quedaron marcadas como la peor pesadilla de mi familia “a su hija le damos como máximo 12 días de vida”.
Luisa, la mamá de Salomé salió destruida para su casa, no dormía pensando en su chiquita y cada que sonaba el teléfono pensaba que había llegado el momento más triste de su vida, pero lo que ella no sabía es que Salomé se había puesto en la tarea de multiplicar los días de vida por esperanza y así la recuperación fue llegando.
Ya habían pasado 2 meses de estar en la UCI, cuando sonó el teléfono en la casa de Luisa, eran las 11:20 p.m., ella corrió a contestar con el corazón en la mano : “le tenemos noticias de su hija, mañana le damos de alta”
Desde ese día ya han pasado 8 años, varias cirugías y cateterismos que han podido realizarse por el apoyo de la Fundación Infantil Santiago Corazón. Salomé es uno de los 60.000 niños que han sido beneficiarios y cuentan una historia feliz, con una vida activa, lo que nos demuestra que el que quiere puede.
¿Y tú que estarías dispuesto a hacer para que los días de tus hijos se multipliquen por mil?
Apoya a Santiago Corazón, regala esperanza y vida.
Esta historia fue escrita con todo el corazón por Alejandra González