Un latido, un suspiro, la voz de una madre mientras abraza a su pedazo de vida: su hijo, su adoración. Sus ojos fijos en él constantemente, los pálpitos de ella a su disposición para arrullarlo, para decirle que lo ama sin palabras, para que él se sienta protegido, resguardado, feliz…

Emanuel Torres Mazo nació el 24 de agosto de 2006, sano, como cualquier otro niño. Jamás se hubiera imaginado ni él ni su familia, que, un virus iba a invadir su pequeño cuerpo cerca a cumplir los dos meses de edad. Ese no fue un virus inofensivo, no. Este decidió ser caprichoso y enfocarse en su corazón, provocándole una miocarditis viral.

A los 39 días de nacido, su madre, Claudia Mazo, lo sintió diferente, con dificultad para respirar, así que lo llevó al hospital y allí le confirmaron el diagnóstico y le dijeron que lo único que se podía hacer por él era un trasplante de corazón, pero, para ese momento, la donación en Colombia no existía para un bebé con esas características. Por ello, los médicos le comunicaron a Claudia que la mayor probabilidad era que el niño iba a fallecer… Ese mismo día, después de darle esta noticia, llamaron al Dr Jorge Zapata cirujano cardiovascular de la Clínica Cardio VID para avisarle que habían encontrado un donante de dos años de edad que coincidía con las necesidades del cuerpo de Emanuel.

Así que, el 15 de noviembre de ese año, todo el equipo de la Cardio VID dispuso a sus mejores especialistas a hacer algo que nunca se había hecho hasta ese momento ni en Colombia ni en toda Suramérica… aunque, ese no era el más grande desafío; el mayor propósito de hacer esta cirugía, era devolverle la posibilidad y la ilusión de vivir a una criatura que aún no era consciente del significado de estar en este mundo.

“Cuando él entró a la cirugía Dios me regaló una sonrisa por medio de él diciéndome que todo iba a estar muy bien” dijo su madre. Y sí, se cumplió, Emanuel cumplió con su promesa silenciosa, los médicos cumplieron, el universo y dios no fallaron. No fue fácil, durante sus primeros años de vida Emanuel tuvo que tomar 17 medicamentos cada dos horas y asistir a controles. Ahora tiene 14 años, y está aquí, con nosotros, no solo por la tecnología o por los medicamentos, sino por el amor que recibió de una familia que nunca se cansó y que no se cansa de estar a disposición de él y para él.

¿Quién es Emanuel? ¿Por qué es tan especial? “Ema” es un niño único, sus ojos brillan al hablar, al compartir con los demás, su energía toca el alma de quienes lo conocen, tiene un carisma y una simpatía únicas; es un niño soñador y alegre. Deberíamos aprender de él. Aunque él se considera un niño normal, yo lo considero más especial aún. Su cuerpo “adoptó” el corazón de alguien más, que “vive” aún dentro de él y que se quedó para llenarlo de vida a él y a una familia entera que no se cansa de agradecerle a Dios y a los médicos por este milagro de su existencia.

Microdocumental: 

Escrita por Ingrid Usuga

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