¿Quién diría? Una madre adolescente, conociendo nuevos términos médicos, incorporándolos a su lenguaje cotidiano, hablándole a sus familiares tras cada control médico, con el interés arduo de aprender y brindar lo mejor. Esta es una experiencia que enriquece el agradecimiento de ver cada día como una oportunidad, con felicidad, con MUCHO AMOR, amor que proviene de varias fuentes, con apoyo incondicional de ustedes, los donantes que sin conocernos dan un poco de su alma para esta causa, para ayudarnos con todos nuestros niños que tienen una condición en su corazón.
David, que al cumplir tres meses de vida y a causa de una bronquitis, nos impulsó llevarlo al hospital, fue diagnosticado con situs inversus, se trata de una condición en la cual sus órganos impares están en el lado opuesto de su cuerpo, quien lo diría, yo no lo creía, para mí eran mentiras y patrañas algo que en mi cabeza no cabía. Pero eso no sería nada malo, SOLO que su corazón traía un regalo, una CIV.
Luego de nuestro primer encuentro médico salí aterrorizada de aquel consultorio, entre las calles frías de Bogotá y la soledad que me acompañaba, los pensamientos que agobian, bloquean los sentimientos y las emociones, quedé congelada hasta que llegué a los brazos de mi madre y dejé que mi alma entre llantos y sollozos le contara esta historia a la abuela de David. Pasando el quebrantamiento y el enfrentar lo desconocido salieron al encuentro los casos de tantos niños que pasan a ser LUZ en el gran cielo, el alma se disponía a lo desconocido, a lo incierto, al riesgo, pero se animaba agradeciendo por todo para mejorar las energías, los ánimos y apostar en ese tiempo por verlo crecer.
Hemos pasado por tres cirugías de corazón abierto y ADMIRO la gran destreza de los doctores al trabajar con el corazón al revés, yo pensando que David sería el único, pero ¡QUÉ VA! Hay tantos niños con condiciones tan diferentes y tan delicadas que hemos sido afortunados con la salud de él. Han sido muchos años de conocer diferentes doctores, niños, padres, que atraviesan estas situaciones, hemos transitado por varios lugares del país, pero algo hizo clic en su alma y fue la llegada de su hermanito con una cardiopatía más compleja que la de él y ha despertado su interés y mucho amor.
Hoy es un adolescente que lleva una vida normal, que practica diferentes deportes y decidido ser MÉDICO, Tan buen trato ha recibido de tantos doctores, que quiere ayudar a los demás, quiere seguir el ejemplo que ha visto de todo el personal médico, ¡es un regalo de DIOS!
Gracias Santiago Corazón por su apoyo.